¡Que dificil !, cada vez que toco intento entender lo que el compositor ha querido reflejar y siempre acabo reflejando lo que yo quiero escuchar. Y es que mi nivel de empatía musical acaba cuando los dedos se sublevan...¡quien puede empatizar con Liszt! tremendo hijo de su madre que tras melodias idílicas te jodia la vida con octavas imposibles, sólo aptas para pianistas "24 horas". (por cierto hay mucho Liszt-o suelto...)
Asi que pensé que Ravel esta mañana me pondría más contenta pero claro Liszt me había llevado a tal momento de desesperación que mi delicadeza estaba bajo mínimos asi que, varios intentos seguidos después, Ravel se ha comunicado conmigo desde las altas esferas y me ha suplicado que deje de tocar, que me paga si es necesario el viaje a Cadiz...
Olvidan que hablan con una vaska muy cabezona, eso si, cabezona pero muy paciente.
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