Crecen rápidamente bajo el influjo de las primeras lluvias, pero se desvanecen tan rápido como crecen porque carecen de raíces y son muy frágiles. Asistimos a una eclosión de «relaciones seta» en todos los ámbitos: van creciendo relaciones frágiles y superficiales que se desgajan ante cualquier presión externa al modo como uno arranca una seta sin apenas resistencia. La contraposición a las «relaciones seta» son las «relaciones roble». El roble tiene dos características que lo hacen poco vulnerable a las agresiones externas: por un lado, es un árbol ignífugo, resiste muy bien el fuego; por otro lado, tiene raíces fuertes porque tanto como crece en superficie lo hace también en profundidad; así, las raíces de un roble tienen la misma dimensión que su crecimiento en superficie.
Es curioso que no hay excursiones en busca de Robles, vamos ociosos mirando al suelo, deseando llenar la cesta.
Ya ves la falta de lluvias retrasa la temporada de setas y preocupa a los mitólogos…mientras los Robles buscan nuevas formas de alimentación, para continuar creciendo.
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