es curioso, porque él le regalo una lata de perdiz escabechada
pero
menos perdices comieron de todo
arroces, verduras, pescados, zanahorias y magdalenas, muchas magdalenas
comieron con alegria
saboreando cada cuchara, cada bocado
y mientras eran felices,
ella viendo como comía y el pensando que la engordaba
hasta que alguien llegó
alguien que venía del norte
y que no sabía nada de nada
pero le dijo que había que comer perdices
ella contestó: yo no como carne, pero bueno…probaré si quieres
él…no sabía lo que quería
pero si sabia lo no que quería,
volver a comer con ella
y allí se quedaron las croquetas, los quesos, los vinos y las magdalenas
como las antigüedades que se esconden en un trastero
como las motos que nunca se arreglan
como los cascos en las estanterías
como los cuadros que no se cuelgan
como las coralinas en verano
como la kurkubita...
se quedaron
esperando una respuesta
un "era broma, tonta"
pero no,
resulto que era verdad
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