Descartes nos dice que los dos actos de nuestra inteligencia o razón gracias a los cuales podemos llegar al conocimiento cierto son dos, la intuición y la deducción. Podemos entender la diferencia establecida por Descartes entre la intuición y la deducción si nos fijamos en la diferencia entre mostrar y demostrar. Demostramos algo cuando damos razones que justifican nuestra opinión, cuando relacionamos una proposición con otra hasta llegar, a modo de conclusión, a lo que queríamos demostrar. Sin embargo mostramos algo cuando, simplemente, ponemos ante un sujeto aquello que queremos mostrar, cuando hacemos que el sujeto al que queremos convencer tenga presente, delante de él, la realidad u objeto en la que queremos que crea. No es necesario demostrar todo, puesto que hay cosas que no se pueden demostrar pero que nuestra mente puede ver inmediatamente que son ciertas.