veinticuatro horas, ¡no!
venga ya
duran menos.
Cuando por la mañana te levantas
el despertador suena feliz
y el café ya está puesto
bilbo mueve su cola
y en la paz
nos ponen lo que queremos,
tocar glazunov es un regalo
y hasta los aplausos duelen menos
nos mienten
duran menos.
y...
de los largos y extraños días
¿que te voy a contar?
ya lo decía bunbury
esos mejor quedarte en la cama y esperar,
porque son solo veinticuatro horas
y todo vuelve a empezar.
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