es curioso, porque él le regalo una lata de perdiz escabechada pero menos perdices comieron de todo arroces, verduras, pescados, zanahorias y magdalenas, muchas magdalenas comieron con alegria saboreando cada cuchara, cada bocado y mientras eran felices, ella viendo como comía y el pensando que la engordaba hasta que alguien llegó alguien que venía del norte y que no sabía nada de nada pero le dijo que había que comer perdices ella contestó: yo no como carne, pero bueno…probaré si quieres él…no sabía lo que quería pero si sabia lo no que quería, volver a comer con ella y allí se quedaron las croquetas, los quesos, los vinos y las magdalenas como las antigüedades que se esconden en un trastero como las motos que nunca se arreglan como los cascos en las estanterías como los cuadros que no se cuelgan como las coralinas en verano como la kurkubita... se quedaron esperando una respuesta un "era broma, tonta" pero no, res...